de mil en cien
de mil en cien - blog de andrew merz
  • Inicio
  • Notas
  • Reseñas
  • Series
  • Cuentos
  • ¿Qué es esto?
Browsing Category
Notas

Ciento setenta y dos días y contando

April 30, 2022 3 Comments

—¿Todavía escribes?

La conversación fue hace poco menos de un año, pero la recuerdo como si hubiese sido anoche. Fue una pregunta que me pareció un tanto ridícula al principio. ¿Cómo que si todavía escribo? Trabajo escribiendo, me paso creando personajes en mi mente y escribiendo y reescribiendo lo que todavía no sé si es una novela, una colección de cuentos o simplemente un completo desastre. Incluso ando pa’ arriba y pa’ abajo con bolígrafo y una libretita de bolsillo, en un intento nulo de capturar ideas efímeras, como buen cliché andante. Hasta journaling he hecho, y de forma sorprendentemente consistente, déjame decirte.

Creo que nunca había escrito tanto en ningún otro periodo de mi vida.

Luego recordé que el mundo no tiene evidencia de esto. Recordé que donde único coloco mis palabras públicamente –además de en mi Twitter– era, en algún momento, en este blog. Este blog en el que escribí con cierta consistencia para allá para el 2018, luego dos o tres veces más en el 2020 y desde entonces no he vuelto a aparecer por estos lares.

La pregunta aquella me había puesto a la defensiva, pero claramente tenía que calmarme.

—Todavía escribo. Tú sabes, de vez en cuando… solo que no lo publico todo.

—Yo leí un día que no publicar algo es casi como no haber escrito nada. O sea, ¿cuál es el punto de escribir si nadie te lee?

Sin ganas de hacerlo, le di el beneficio de la duda. Quizás esta persona realmente cree que está ayudando, que está dando un consejo útil y no algo que leyó por ahí y repitió como el papagayo sin aplicar contexto.

—¿Así te consideras escritor?— continuó.

Volví a ponerme a la defensiva a las millas. «Qué fácil se le hace a algunos invalidar los esfuerzos de otros» pensé, y todavía pienso. Pero, como ahora aspiro a ser mejor persona –admitiendo que no he sido la mejor persona del mundo últimamente– ignoré el comentario con una mueca despreocupada y le pregunté cómo le había ido en el trabajo…


172

No quiero dar la impresión de que publico esto solo por satisfacer el capricho de aquella persona insufrible. La razón por la que escribo esto es por una cifra que me ha puesto a reflexionar mucho últimamente. Una cifra que cada vez se hace más pequeña pero me estresa más.

Hablo de ciento setenta y dos días… y contando.

A exactamente 172 días de esta publicación, celebraré mi cumpleaños número 30. Así que, básicamente, tengo 172 días para procesar que me estoy poniendo viejo; en realidad, a veces me siento más joven que nunca. (Digo a veces, porque no han faltado los achaques, dolores de espalda, y el cansancio para recordarme que el divino tesoro se me escapa de las manos).

En mi mente sigo siendo un chamaquito, aunque haya vivido 10,785 días en la Tierra, haya respirado 251,892,337 veces, y mi corazón haya palpitado 1,077,969,363 veces aproximadamente. Soy un chamaquito aunque habían 5,537,300,196 personas en la Tierra cuando nací, y ahora hay como 7,800,000,000. Soy un chamaquito aunque Whitney Houston haya sacado “I Will Always Love You” a mis 15 días de nacido.

[Si quieres conocer tus cifras también, métete a https://you.regettingold.com/. No me hago responsable de tus sentimientos.]


Bueno, voy a lo que vine.

Quizás te estés preguntando qué tiene que ver una cosa con la otra. Qué tiene que ver la historia de la persona insufrible con los días que me quedan de vida antes de los 30.

La verdad es que no sé… Me he puesto a pensar, y en este punto de mi vida estoy bastante contento con las cosas que he logrado. También con las que aún no, porque significa que me queda mucho por hacer, por lograr y por vivir.

Solo hay una cosa que quisiera hacer más durante estos 172 días, y es escribir. Pero escribir y que me lean, para así poder interactuar con gente como yo. Así que, no te prometo nada, pero es posible que nos veamos más seguido por aquí.

Es bien probable que ni siquiera comparta esta publicación en mis redes sociales, así que si lees esto es porque te has suscrito por email. Si es así: Hola de nuevo, gracias por leer.

Espero que nos leamos pronto.
– Andrew.

Continue reading
Reading time: 3 min
Written by: Andrew
Notas

El año que mató a la vaca

December 31, 2020 No Comments

El 2020 mató a la vaca sin piedad alguna. 

La vaca es metafórica, claro, pero tenía que crearte la imagen en la mente. Hablaremos de ella un poco más adelante. 

Te cuento.

Nunca he sido persona de leer libros de autoayuda o motivación. Lo mío son las novelas, los cuentos, de vez en cuando la poesía… y cuando se da la ocasión en la que leo no-ficción, usualmente es de algún libro con información cristalizada y concreta, en lugar de palabras pueriles, vacías o sin fundamento. Preferencia propia. Cada cual que lea lo suyo. 

Sin embargo, para allá para el 2012 a mis diecinueve años, casi veinte, encontré un título peculiar en el closet donde mi mamá guardaba sus libros. Era uno que no hacía promesas superficiales de cómo hacerte rico, ni predicaba el evangelio de la prosperidad, ni ofrecía un “secreto” para la felicidad y el éxito. Era todo lo contrario. De hecho, creo que en ese tiempo la peculiaridad que me llamó la atención fue lo minimalista que era aquel titular: se llamaba simplemente “La Vaca”. 

Esto no es un ensayo en el que reseño, endoso o recomiendo que leas La vaca. Yo solo leí el primer capítulo; ni siquiera estoy seguro de qué trata el libro. 

Pero ese capítulo era todo lo que necesitaba, evidentemente, porque todavía lo recuerdo. Se trataba de una anécdota que involucraba a un sabio maestro y a su joven aprendiz, a una familia en extrema pobreza y, pues, a una vaca. De la historia completa podemos hablar algún día, cuando esta crisis de salud pública acabe, con café o cervezas o mascarilla en mano. Por hoy, te haré el cuento largo corto, parafraseado hasta la máxima potencia. 

Resulta que este sabio maestro caminaba por un pequeño pueblo junto a su aprendiz, a quien le platicaba sobre la importancia de visitar personas en sus hogares por X o Y razón. Claramente no había pandemia en aquel tiempo. Llegan a un pequeño rancho donde vivía una familia en una casita humilde. Imagínate techos de zinc, puertas con musgo y hasta comején. Al conocer a la familia, sale a relucir que su único sustento es una vaca que albergan en el patio trasero. No tenían más nada, pero al menos podían decir que tenían una vaca. Esta les daba cierta cantidad (mínima) de leche al día, la cual podían vender a comercios cercanos y así tener migajas qué comer. Al despedirse y salir, el sabio ordena al joven aprendiz a empujar a la vaca por un barranco (esta es la versión PG; en la que leí originalmente, apuñalan a la pobre vaca). Con pena y confusión, el joven obedece, y se van. 

Años después, el sentido de culpa hizo que el joven (ahora quizás no tan joven) regresara a aquel rancho, posiblemente para ver cómo había sobrevivido la familia (si es que sobrevivieron), y para ofrecerles sus disculpas, pero aquella casita pequeña y sucia con techos de zinc ya no estaba allí; ahora había una más grande, limpia e imponente. Su primer pensamiento fue “los sacaron, les derrumbaron la casa, y construyeron una mejor para nuevos inquilinos”, sin embargo descubrió que aún la habitaba la misma familia, y que parecían estar mejor que nunca. Como punchline para la anécdota, la familia revela que al verse sin su único sustento, hicieron lo posible por encontrar semillas para sembrar en aquel nuevo espacio, su huerto improvisado creció y creció hasta que pudieron suplirse de todas sus necesidades, y hasta vender las sobras a sus vecinos y al mercado del pueblo. 

Boom, chavos, comida, remodelación de casa, etcétera. Fin.

(Si te interesa la historia completa puedes buscar el libro. Me cuentas de qué trata; porque de nuevo, yo solo leí las primeras páginas y no sabría decirte si es bueno o no.)

***

El 2020 fue un año que empecé bastante bien. Aún entre temblores y el susto de que explotara la tercera guerra mundial, muchos de los sucesos inoportunos de esos días no me afectaron directamente. Tenía a mis amistades cerca, había empezado con el pie derecho mi resolución de mejorar mi autoestima y salud mental, iba por el camino correcto, era libre y estaba feliz. Incluso las primeras semanas de lockdown las sobrellevé con éxito; vivir ese momento histórico en un principio no parecía tan mal, siempre y cuando manejáramos bien la crisis como país, que nadie muriera y que todo hubiese durado solo unas semanas. 

No fue así, claramente. Y aunque muchos encontraron cosas buenas en plena pandemia, creo que es preciso decir que la mayoría la pasamos mal. Muchos tocamos fondo. Tocamos fondo sin que otros se enteraran ni pudieran ayudar, pues estábamos todos en nuestras propias burbujas, literalmente. Después de todo, parecía que todos estábamos en las mismas.

Es obvio decir que todo el progreso que había logrado esos primeros meses se fue a la mierda. Ahí aprendí que la pandemia te puede quitar todo, aún sin contagiarte o a los tuyos. Sin necesidad de un resultado positivo podía traerte innumerables efectos negativos. 

¿Qué representa entonces la vaca? 

La vaca es todo aquello que es bueno, pero que te mantiene inerte en el lugar donde estás. Es algo positivo que te sustenta mientras te impide ir por más y te mantiene en aguas estancadas. Dulces, mortales aguas estancadas.

Aún no sé qué pensar de esta metáfora, pero no me queda de otra que ampararme en la idea de que todo esto que el 2020 me arrebató era mi vaca. Quizás, si lo racionalizo así, pueda escribir un mejor capítulo para mi vida este nuevo año. Solo queda buscar las semillas, sembrar en aquel vacío que dejó la vaca y esperar que el 2021 sea el año de cosechas que el 2020 nunca pudo ser. 

***

Andrew Merz
Foto por Jean Carlo Emer en Unsplash
Foto por Morgan B en Unsplash

Continue reading
Reading time: 5 min
Written by: Andrew
Notas

Las máquinas del tiempo no existen

October 4, 2020 No Comments

Las máquinas del tiempo no existen.

Es obvio ¿no? Lamentablemente, no vivimos en una película de ciencia ficción de los 80 donde te montas en un DeLorean, aceleras a 88 mph y viajas 30 años de vuelta al futuro. Esa no es la realidad y, por más avances tecnológicos que surjan en nuestra sociedad, posiblemente nunca lo sea. 

Por más que queramos, el tiempo es una constante que sigue hacia adelante infinitamente y sin detenerse. Al parecer no tiene un destino definido. ¿A dónde va el tiempo? No sabemos, pero sí sabemos que no para, se va, se agota, gota a gota, grano a grano como arena en un puñado semi-cerrado. Es tan cruel, que aún cuando se detiene el reloj, el tiempo no lo espera. Sigue, sin ofrecer tregua ni señales de rendirse, incluso cuando el reloj en el mundo físico ofrece su último tic tac. 

El tiempo arranca. Despedaza para siempre cada momento desperdiciado y te mira con el rabo del ojo, condescendiente, juzgándote por malagradecido, por no apreciar el increíble regalo que te está dando, sin que te des cuenta de su valor. Valor que no notarás hasta que sea muy tarde. Si es verdad que el tiempo es oro ¿cuántos quilates ya se han ido por la borda? 

Por eso soñamos. Por eso ideamos fantasías y mundos utópicos donde existe la tecnología necesaria para robarle camino al tiempo –ya sea en forma de DeLorean, o en alguna cápsula rara con cientos de botones rojos y azules acomodados de forma inverosímil. Por eso dedicamos tiempo inventando realidades absurdas en las que podemos viajar a un futuro lejano, a conducir carros voladores y deslizarnos por tubos para llegar de un lugar a otro. Creamos universos imaginarios donde todo se supone que sea más fácil, más conveniente, más seguro, y hasta más estéticamente agradable. 

En otros casos, ideamos estos aparatos fantásticos soñando con volver atrás. 

Ignoramos todas las posibilidades utópicas de un futuro perfecto, si se trata de poder volver al pasado. Ya sea a rectificar un error, a intentar algo de nuevo de otra forma, a cambiar el presente, o simplemente a revivir ciertos momentos que nunca dejarán de ocupar nuestra memoria. ¿Qué sería de nosotros, de nuestro presente, si pudiéramos regresar para cambiar el futuro? Las posibilidades son infinitas. Por eso las hemos soñado por décadas. Invertimos tanto y tanto tiempo en meras posibilidades. 

Pero el tiempo sigue ahí, implacable y despiadado, mirando por encima del hombro, condescendiente, quitando para siempre granitos dorados de arena y cruelmente recordándonos que:

Las máquinas del tiempo no existen. 

Continue reading
Reading time: 2 min
Written by: Andrew
Notas

Guía corta sobre cómo volver a nacer

September 8, 2020 1 Comment

Empezar desde cero no es la experiencia más placentera de la vida, que digamos. Pero si es inevitable hacerlo, lo mejor es hacerlo bien…

Luego de varias semanas en las que intenté volver a escribir blogs rutinariamente, me di cuenta de una cosa: Tengo que volver a nacer. Si quiero lograr restablecer la rutina, tengo que volver a empezar.

No es fácil, y es peor aún cuando somos de los que nos creemos expertos en lo que hacemos.

“¿Volver a comenzar? ¿Yo? Si ya yo pasé por esto. No tengo por qué regresar ahí. Empezar de cero es de rookies”

Es fácil pensar que ya ‘subimos de nivel’. Que los fundamentos ya no son importantes. Que “eso es cosa para principiantes”.

Pero hoy, luego de un buen rato introspectivo, me di cuenta de que hay una pequeña lista de cosas que debo hacer para volver a tomar tracción luego de haber estado estancado por tanto tiempo.

Es tan simple y tan complicada como volver a nacer…


Gatear antes de volar

Regresar a lo básico es una de las acciones más… bueno, básicas… para retomar una destreza o pasatiempo que no practicábamos hace mucho tiempo.

Y como en tu caso puede ser cualquier otro músculo creativo que lleves meses sin desarrollar.

La clave es calmar primero al ego. Como mencioné, a nadie le gusta volver a comenzar desde cero. Menos aún cuando el camino recorrido fue largo.

Aprender a experimentar

Ahora es el momento de ser torpe, de experimentar. De intentar caminar en dos patas y terminar chocando con las paredes. Caer y levantarse. Una y otra y otra vez hasta que nos salga.

Image for post
Photo by Kristin Brown on Unsplash

Los principios no tienen que ser bonitos. De hecho, usualmente son un tanto desastrosos.

La mejor forma de hacer que un niño aprenda sobre la naturaleza es dejar que se ensucie en ella.

Los principios son sucios, pero beneficiosos. Mientras más cosas nuevas hagamos en el principio, más rica será nuestra experiencia a largo plazo.

Repetir. Repetir. Repetir.

“La excelencia es un arte ganado a base de entrenamiento y hábito. No actuamos correctamente porque tengamos excelentes virtudes, sino que somos virtuosos porque actuamos correctamente. Somos lo que hacemos repetitivamente. La excelencia entonces, no es un suceso sino un hábito.”

Will Durant
Image for post
BrainyQuote

Cometer errores es lo que nos llevará a aprender. Solo hay que tener cierta valentía infantil para cometerlos. Y, a veces, cometerlos en público.

Reconocer el error. Aprender de él. Ajustar y repetir.

Luego repetir unas cuantas veces más.

Repetir hasta poder hacerlo a ojos cerrados.

¿Entendiste? Te lo voy a repetir:

Repite hasta que puedas hacerlo a ojos cerrados.

Dicen que para llegar a la excelencia es mejor crear 100 piezas imperfectas que pasar todo ese tiempo pensando en cómo crear la pieza perfecta.

La inacción perfeccionista siempre va a perder ante la acción errática, simplemente por su intangibilidad; si se queda en tu cabeza y no sale al mundo, no existe.

Esa es la razón de este “primer” post. El primero de muchos, espero.

________

Escribí esto para mí, como un pequeño recordatorio al cual regresar cuando inevitablemente tenga que hacerlo. Pero si te encontraste con este escrito y te ayudó en algo, te invito a compartirlo.

Gracias por leer.

Continue reading
Reading time: 2 min
Written by: Andrew
Notas

El primer paso y lo que viene después

August 27, 2018 No Comments

Juguemos a imaginar una vez más.

Imagina que al fin eres quien siempre has querido ser. Llegaste al tope. Todos saben quien eres dentro de tu industria, y hasta fuera de ella te conocen dos o tres. Para mucha gente, tu nombre es sinónimo de impacto, pasión, calidad, o cualquier otro adjetivo con el cual aspires identificarte.

Miras a tu alrededor y, aunque difícil de creerlo en el momento, eres feliz. Tienes todo lo que necesitas y no te hace falta nada, ni material ni emocional. Te sientes realizado, y ahora que has cumplido con todas tus aspiraciones, puedes trazar nuevas metas; metas que ni imaginabas que fueran posibles de tan siquiera pensar.

Eres el modelo a seguir de muchos que a tu edad estaban en la misma posición que tú; un poco perdidos en la vida, sin mucha experiencia pero con pasión y ganas de echar pa’ lante, con un sueño que parece inalcanzable, pero con esperanza de llegar a él porque existe gente que lo ha logrado: existes tú.

De hecho, un día te encuentras con uno de estos admiradores en tu coffee shop favorito y casualmente se sientan a conversar.

Te pregunta: “¿Cómo puedo ser como tú?

¿Cómo puedo lograr todo lo que tú has logrado?

¿Cuál es el secreto?”

Sonríes y tomas un poco de tu café para darte tiempo de pensar en una buena respuesta; una que valga la pena, no como las que te daban a ti cuando estabas en su misma etapa. Sin embargo, piensas que en realidad no eres especial, ni has hecho nada fuera de lo común para llegar a donde estás…

Luego vas recordando todo el camino que te trajo aquí, desde lo más reciente hasta lo más lejano, y ves todas tus victorias y caídas a lo largo de tu vida. Sigues “retracing your steps” y vas viendo cómo fuiste evolucionando poco a poco a través de cada etapa de tu vida, y ni te habías dado cuenta. No habías tenido tiempo para sentarte a pensar en esto. Tú solo caminaste por el rumbo de la vida, paso por paso, y fuiste creciendo en el trayecto hasta ser quien eres hoy.

Vuelves a tu realidad en aquel Café y ahí está tu admirador esperando ansioso tu respuesta. Te das cuenta de que en verdad no hay secreto, solo un camino largo por recorrer. Te ves obligado a darle una respuesta que ni a ti te hubiese gustado escuchar a esa edad, te sientes como esos tipos que tratan de demostrarle al mundo que son súper sabios cuando ni siquiera han comenzado a vivir. ¿Pero qué se puede hacer? Es la realidad; quizás en un futuro la entienda y te lo agradezca por siempre, pero hay que sembrar la semilla ahora.

Luego de una pausa, canalizas tu Maestro Yoda interno y le contestas:

“El secreto es que no hay secreto. El secreto es dar el primer paso, luego el segundo, el tercero, el cuarto, y así consecutivamente hasta llegar donde quieres llegar. En el camino habrá tropiezos, murallas, desvíos, y hasta calles sin salida, pero la clave es seguir caminando. No importa mucho en qué dirección, no te apures; de hecho, la mayoría del tiempo no sabrás ni a dónde vas, pero la vida tiene cierta magia que hace que aquel que no cesa de caminar encuentre su destino tarde o temprano. Solo hay que comenzar con el primer paso.”

Wow, qué sabio eres en el futuro.

***

Estos 30 días de escritos para mí han sido ese primer paso. El miedo a publicar mis pensamientos me impidió por mucho tiempo hacer lo que quería hacer, y este challenge sirvió para enfrentar ese miedo y ver que en verdad no hay nada que temer.

Aprendí mucho; aprendí que no soy el único que piensa las cosas que pienso, siempre hay alguien que se identifica con tus palabras si son genuinas.

Aprendí el valor de ser consistente en lo que te propones; me siento más orgulloso por el hecho de haber cumplido todos los días, que por cualquier otra cosa.

Aprendí a no dudar tanto, (aunque siempre van a haber dudas), porque incluso cuando dudo de lo que escribo, el contenido siempre resuena aunque sea con una persona. No tengo que saberlo todo para ser escritor, solo tengo que mantener viva la curiosidad, el interés y las ganas de contar historias, el resto no está en mis manos.

Solo hay que dar un paso. (luego dos, luego tres…etc.)

¿Qué es lo próximo?

Mi segundo paso es aprovechar el impulso para seguir publicando frecuentemente en este blog. Quiero contar historias ficticias y reales, escribir sobre todo lo que de una forma u otra haya causado impacto en mi vida, con la esperanza de que impacte a otros de la misma manera. Quiero seguir sobreanalizando cosas bobas hasta que se vuelvan interesantes, y escribir sobre ellas.

Y luego, quizás… algún día, publicaré un libro. (luego dos, luego tres…etc.)

Este es mi playground y probablemente mi camino, y me place que estés siendo parte de él.

Quizás nada de esto es gran cosa, pero nada… solo resta una cosa que decir:

Gracias.

Gracias a los que tomaron de su tiempo para leer al menos uno o dos de estos 30 escritos, a los que comentaron, y en especial a los que han estado leyendo desde el principio.

Solo estamos comenzando.

Continue reading
Reading time: 4 min
Written by: Andrew
Notas

Desatando lazos viejos

August 25, 2018 No Comments

Hacer nuevas amistades en la universidad no necesariamente es difícil.

Rodeado de cientos de personas de tu edad y con intereses similares, no es sorpresa para nadie que forjes nuevos lazos de amistad en el proceso. Lo mismo pasaba en la escuela; atrapado en un edificio de 8 de la mañana a 3 de la tarde, tomando las mismas clases juntos, comiendo la misma comida y jugando baloncesto juntos, tener amigos era cosa fácil.

Como adulto es distinto, tienes que moverte activamente a ser social, pero cuando te caen las responsabilidades de la vida real, se puede perder un poco el enfoque en ese aspecto.

No solo disminuye la cantidad de amistades nuevas que hacemos, sino que con el cambio tan drástico de estilo de vida, se descuidan los lazos que teníamos con viejos amigos.

Nos graduamos, reímos y celebramos, luego cada cual coge por su lado hasta que, poco a poco, mejores amigos se van convirtiendo en extraños.

Siguen ahí, los ves en las redes sociales todos los días. Se dan like mutuamente en los memes que comparten. De vez en cuando uno que otro logra algo extraordinario en su vida y le reaccionas en su post con el corazoncito de Facebook. Pero hasta ahí llega la relación. Técnicamente, esta persona no es la que tú conoces.

Y va en ambos sentidos; o sea, tú tampoco eres la persona que ellos conocían.

A veces uno siente que extraña cierta época pasada de la vida; yo pienso que lo que en realidad se extraña es a nuestras amistades de aquel determinado tiempo, esas que ya no son parte activa de nuestra vida.

¿Cómo se daría un reencuentro entre viejos amigos? ¿Sería incómodo, como hablar con un completo extraño?

¿O será que nuestra presencia también le traerá recuerdos, y se retoma la amistad como si no hubiese pasado un solo día?

…

No me hagas caso, solo estoy pensando en voz alta.

Continue reading
Reading time: 1 min
Written by: Andrew
Notas

Los colores de mi (memoria)

No Comments

Si creciste en Puerto Rico, de seguro al ver la foto de arriba se te pegó la canción.

Famosa por ser un clásico anuncio de cine y considerada por muchos el verdadero himno de Puerto Rico, “Los colores de mi tierra” se metió en muchos de nuestros corazones desde niños y adolescentes.

Es tan popular, que todavía la ponen de vez en cuando, luego de tantos años desde que se lanzó a las salas de cine y a los televisores en nuestros hogares.

¿Habrá sido efectivo para el negocio? ¿Habrán vendido más latas de pintura gracias a ese anuncio? Yo no sé… solo sé que yo no pienso en Harris Paints cuando lo veo.

Yo solo pienso en amarillo mangó, verde quenepa. Pienso en el azul de adoquines, el rojo flamboyán y el turquesa del mar.

También pienso en popcorn, refresco y un chorro de dulces de contrabando en la cartera de mami, que se compraron en la farmacia, porque en el cine estaban demasiado caros.

Pienso en Icee, en el Cofre Mágico de Burger King y en juegos de Nintendo 64.

Pienso en los Simpsons a las 4pm por Univisión, en juegos de tazos, cartas de Pokémon y en amiguitos de la escuela.

Pienso en Time Out y en el violeta de las paredes del mejor cine que tenía Plaza las Américas: el que estaba donde ahora está Forever 21.

Pienso en días en los que odiaba que me regalaran ropa; solo quería juguetes. Donde creía que Santa Claus existía (SPOILER ALERT), y mi única preocupación era si la cadena de mi Huffy de 20 pulgadas tenía aceite, y que el vaso plástico que le pillé en la goma de atrás la hiciera sonar como una motora.

Los colores de mi tierra es más que un jingle para mí, y estoy seguro de que para muchos otros también.

Es un portal que me lleva a la nostalgia; pinta recuerdos de colores tan vivos, tan reales que me transportan a una época donde el cielo brillaba más azul, el pasto era más verde y todo era color de rosa.

Eso sí que es pintar tu vida.

Continue reading
Reading time: 1 min
Written by: Andrew
Notas

El día en que dirás “lo logré”

August 23, 2018 No Comments

¿Cómo se define el éxito?

Para algunos el éxito es poder comprar el carro de sus sueños, vivir en una mansión o ser millonarios. Para otros es poder viajar el mundo, saborear nuevos platos y culturas cada día. Otros simplemente buscamos algún tipo de estabilidad.

Pero, ¿cómo sabemos que “lo logramos”?

De seguro hay una transición sutil entre nuestro estado actual y lo que definimos como “éxito”, una que hace que ni nos demos cuenta de que lo obtuvimos.

Piénsalo…

¿Recuerdas cuando anhelabas todo lo que tienes hoy?

Puede no parecerte mucho, pero hoy tienes algo que posiblemente hace un año no tenías, y querías. Puede haber sido un mejor trabajo, un carro, un logro académico, o cualquier otra cosa material. También puede haber sido algo abstracto, como más tiempo con tu familia, el amor de un ser querido, o la paz mental que tanto necesitabas.

El punto es que todos tenemos algo hoy que en algún momento anhelábamos con todas las ansias del mundo.

Lo logramos. We made it.

Lo conseguimos, y ni cuenta nos dimos. Esa es la transición de la que hablo, y probablemente ocurrió porque nos concentramos en el día a día en lugar del largo plazo.

Pensar en el futuro a veces asusta, paraliza, deprime, da ansiedad. Pensar en el pasado estanca, detiene, mata…

Es en el presente donde encontramos el verdadero éxito; pequeñas victorias que se acumulan hasta que se convierten en grandes logros.

Como bien me dijo una amiga: “Para mí, ‘lograrlo’ es acostarme con alguna satisfacción y paz mental. Uno vive más feliz si vive día a día”.

El éxito está en saber lo que se quiere del día y hacer lo posible por haberlo obtenido al caer la noche. Rinse and repeat.

Algún día, cuando menos lo esperemos, lograremos todo lo que una vez quisimos. Luego nos daremos cuenta de que el éxito nunca estuvo en esas metas grandes, sino en la satisfacción de ganar las pequeñas victorias de cada día.

Continue reading
Reading time: 1 min
Written by: Andrew
Notas

Una tirá de pecho al año no hace daño

No Comments

Si me has estado siguiendo desde hace al menos dos o tres semanas, sabes que estos escritos son parte de un 30 day challenge que me propuse hace poco.

La idea era darle vida a este blog que tanto la necesitaba, así que acepté el reto de publicar todos los días sin importar que no estuviera satisfecho con el contenido.

Para un perfeccionista como yo, esto es básicamente una pesadilla hecha realidad. Siempre he sido de los que escribe cosas sin mostrarlas a nadie, con la excusa de que lo seguiré editando hasta que esté lo suficientemente “pasable” como para lanzarlo al mundo.

El problema es que nada nunca es “good enough“.

Pero no importando mis complejos, decidí tirarme de pecho y hacerlo, y gracias a eso he creado más contenido para el blog este mes, que lo que hice en el año y medio que llevaba desde que lo abrí.

Treinta escritos en treinta días, y ya estoy en la recta final. Todo porque en una ociosa noche de sábado decidí convencerme a mí mismo de que publicar mis pensamientos sería una buena idea.

Honestamente, estoy contento con el resultado.

Aunque siempre he sido de los que analiza las cosas de mil maneras distintas antes de tomar una decisión, he tenido que aceptar que una que otra decisión impulsiva de vez en cuando viene bien.

Una tirá de pecho al año no hace daño.

En serio, en estos días aprendí que no hay que medir los pros & cons de todo en la vida. A veces hay que tirarse sin pensarlo dos veces y ocuparse de lo demás en el camino.

Alguien una vez me dijo, en una de esas conversaciones que surgen después de las dos de la madrugada: “Tírate con to'”; y no es hasta ahora, años después esa conversación, que empiezo a enterarme del poder de una tirá de pecho espontánea.

Continue reading
Reading time: 1 min
Written by: Andrew
Notas

Calma

August 21, 2018 No Comments

Calma…

A veces se me hace demasiado difícil encontrarla. Otras veces ni la trato de buscar.

Irónico, porque por fuera puede que parezca ser la persona más tranquila del mundo. Por dentro, sin embargo, mi mente es un televisor análogo que no encuentra señal.

Estática y ruido; ansiedades y miedos que algún día creí que al fin me habían dejado en paz, regresan imprevistas a mi puerta.

¡Qué bien vendría a veces un poquito de calma!

Alguien alguna vez dijo: “En mi vida sufrí muchos problemas, la mayoría de los cuales nunca pasaron”. (O algo así)

Siempre pienso en esta cita cuando temo la posibilidad de que algo malo suceda. “95% de lo que te preocupa no va a pasar, Andrew,” es lo que me digo a mí mismo.

Pero siempre se queda ese 5% restante en la partecita de atrás de nuestro cerebro. En un pequeño rincón de nuestra mente pensamos que lo peor del mundo puede suceder en cualquier momento, y ese insignificante 5% es suficiente para dañar por completo lo que hasta ahora pudo haber sido un hermoso día.

Si venden calma en frasquitos, y si con ellos puedo borrar miedos, quitar ansiedades y silenciar mi mente, pues dame dos de esos. Uno para llevar.

La calma llega después de la tormenta, sí, pero primero hay que pasar por la tormenta. Esa es la parte difícil. Y lo peor es que muchas veces esa tormenta ni existe, aunque bien la sentimos.

Por lo menos yo encontré mi antídoto, que es la escritura. Siempre me siento mejor después de haber escrito. Palabra por palabra paso por la tormenta con todo propósito, para poder llegar a la calma un poco más ligero.

Dicen que trago amargo se pasa rápido, y antes de seguir sufriendo una tormenta imaginaria, yo prefiero tomarme ese antídoto amargo a cul cul.

Continue reading
Reading time: 1 min
Written by: Andrew
Notas

Silencio

August 20, 2018 No Comments

Para mí, el tiempo perfecto para escribir es tarde en la noche. Entre 10pm y 2am, para ser más específico.

Tiene cierta magia el hecho de poder crear mundos nuevos mientras otros duermen. La energía cambia por completo; casi se pueden sentir los sueños de la gente danzando en el aire. La brisa es más fría y carga consigo un toque de alegría y melancolía que, de alguna forma u otra, inspira.

Pero, sin duda, lo mejor de escribir tarde en la noche es la ausencia casi total del ruido diurno.

Sentarse a esta hora a escribir es como hacerle un tributo al silencio. Se te concede una pequeña ventana de paz a cambio de que la uses para acercarte un poco más a tu futuro ideal, y lo mejor que podemos hacer es aprovechar esta oferta y ser parte de la magia.

Es un sentimiento que no sé explicar, asomarme al balcón en mi apartamento y ver despejada la avenida en la que siempre hay tapón durante el día.

Mirar a otros edificios y ver solo una que otra luz encendida, donde quizás haya alguien más como yo, desvelado, disfrutando del silencio de la noche a su manera.

El tiempo en el que vivimos está saturado de alborotos, distracciones y todo tipo de ruidos. Frecuentemente vamos a un paso demasiado rápido; y aunque en muchos casos eso es bueno, a veces es mejor bajar un poco las revoluciones, dejar ir el ritmo cotidiano y abrazar la magia de un silencio rotundo.

Continue reading
Reading time: 1 min
Written by: Andrew
Notas

Siempre detrás del bonche

No Comments

Caminando por Plaza las Américas, algo me llamó la atención.

Andaba por el segundo piso, acercándome al atrio central, cuando comencé a ver mucha gente asomada en el balcón, mirando hacia la tarima del primer piso.

Algunos de los que iban caminando por el pasillo, al ver tanta gente mirando, se acercaron a mirar también. Yo no tuve otro remedio que unirme a ellos.

Lo que vi al asomarme no era gran cosa. Había una tarimita y lo que parecía ser un desfile de moda a pequeña escala. Los modelos atravesaban la “pasarela” de 10 pies de largo con solo cuatro pasos, y las muchachas casi no podían dar la vueltita que dan cuando llegan al frente, porque no había casi espacio.

Me sorprendió un poco que hubiera tanta gente mirando. No tengo nada en contra de los desfiles de moda, pero honestamente, este no tenía nada especial que ofrecer.

Sin embargo, la gente seguía llegando a mirar.

Después de un minuto me fui. Verdaderamente no había nada interesante allí, y esto lo digo con toda la seguridad de que un aficionado a la moda pensaría lo mismo.

La gente seguía acercándose; no podía descifrar por qué.

Luego recordé que yo fui uno de los que se acercó a mirar como todo buen presentao’, y me reí de mí mismo.

Aquí fue que me di cuenta de lo que pasaba. (Y, por supuesto, aquí también fue que me dije “¡Eso es! ¡Ya tengo de qué escribir hoy!”)

La gente no estaba ahí necesariamente por el desfile. La gente estaba ahí para averiguar qué rayos era lo que tanta otra gente estaba mirando.

Probablemente todo empezó con un grupito pequeño al que sí le interesaba ver el desfile, luego se fueron uniendo curiosos hasta que abarrotaron el balcón, todo por averiguar qué era lo que la gente estaba viendo.

Cuando las cosas llegan a este punto, cualquier cosa parece ser más importante de lo que realmente es. Si todo este corillo parece estar interesado en esto, es porque debe ser algo bueno… ¿Verdad?

Esta es la misma lógica que hizo que nuestras mamás nos inundaran la infancia con un “Y si el grupito se tira por un risco, ¿también te vas a tirar?”

Siempre estamos detrás de lo que hace el bonche. Si lo hace el bonche, es cool. Si a todo el mundo le gusta, a mí me tiene que gustar también.

Por pensar así es que hay tanta música mala en la radio, tantos libros mediocres en las listas de best-sellers, y tantas modas sin sentido por todas partes.

No todo lo que es popular es porque es de calidad; yo fui testigo de eso hoy. Quizás nos vendría bien alejarnos un poquito del bonche de vez en cuando.

Continue reading
Reading time: 2 min
Written by: Andrew
Page 1 of 41234»

Popular Posts

Parálisis analítica

Parálisis analítica

July 30, 2018
Cuatro estaciones

Cuatro estaciones

December 10, 2016
Ciento setenta y dos días y contando

Ciento setenta y dos días y contando

April 30, 2022
blog diario #1: I got new rules

blog diario #1: I got new rules

July 28, 2018
¿Cuándo puedes llamarte “escritor”?

¿Cuándo puedes llamarte “escritor”?

August 6, 2018

© 2018 copyright PREMIUMCODING // All rights reserved
Designed by Premiumcoding
 

Loading Comments...