Empezar desde cero no es la experiencia más placentera de la vida, que digamos. Pero si es inevitable hacerlo, lo mejor es hacerlo bien…

Luego de varias semanas en las que intenté volver a escribir blogs rutinariamente, me di cuenta de una cosa: Tengo que volver a nacer. Si quiero lograr restablecer la rutina, tengo que volver a empezar.

No es fácil, y es peor aún cuando somos de los que nos creemos expertos en lo que hacemos.

“¿Volver a comenzar? ¿Yo? Si ya yo pasé por esto. No tengo por qué regresar ahí. Empezar de cero es de rookies”

Es fácil pensar que ya ‘subimos de nivel’. Que los fundamentos ya no son importantes. Que “eso es cosa para principiantes”.

Pero hoy, luego de un buen rato introspectivo, me di cuenta de que hay una pequeña lista de cosas que debo hacer para volver a tomar tracción luego de haber estado estancado por tanto tiempo.

Es tan simple y tan complicada como volver a nacer…


Gatear antes de volar

Regresar a lo básico es una de las acciones más… bueno, básicas… para retomar una destreza o pasatiempo que no practicábamos hace mucho tiempo.

Y como en tu caso puede ser cualquier otro músculo creativo que lleves meses sin desarrollar.

La clave es calmar primero al ego. Como mencioné, a nadie le gusta volver a comenzar desde cero. Menos aún cuando el camino recorrido fue largo.

Aprender a experimentar

Ahora es el momento de ser torpe, de experimentar. De intentar caminar en dos patas y terminar chocando con las paredes. Caer y levantarse. Una y otra y otra vez hasta que nos salga.

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Los principios no tienen que ser bonitos. De hecho, usualmente son un tanto desastrosos.

La mejor forma de hacer que un niño aprenda sobre la naturaleza es dejar que se ensucie en ella.

Los principios son sucios, pero beneficiosos. Mientras más cosas nuevas hagamos en el principio, más rica será nuestra experiencia a largo plazo.

Repetir. Repetir. Repetir.

“La excelencia es un arte ganado a base de entrenamiento y hábito. No actuamos correctamente porque tengamos excelentes virtudes, sino que somos virtuosos porque actuamos correctamente. Somos lo que hacemos repetitivamente. La excelencia entonces, no es un suceso sino un hábito.”

Will Durant
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Cometer errores es lo que nos llevará a aprender. Solo hay que tener cierta valentía infantil para cometerlos. Y, a veces, cometerlos en público.

Reconocer el error. Aprender de él. Ajustar y repetir.

Luego repetir unas cuantas veces más.

Repetir hasta poder hacerlo a ojos cerrados.

¿Entendiste? Te lo voy a repetir:

Repite hasta que puedas hacerlo a ojos cerrados.

Dicen que para llegar a la excelencia es mejor crear 100 piezas imperfectas que pasar todo ese tiempo pensando en cómo crear la pieza perfecta.

La inacción perfeccionista siempre va a perder ante la acción errática, simplemente por su intangibilidad; si se queda en tu cabeza y no sale al mundo, no existe.

Esa es la razón de este “primer” post. El primero de muchos, espero.

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Escribí esto para mí, como un pequeño recordatorio al cual regresar cuando inevitablemente tenga que hacerlo. Pero si te encontraste con este escrito y te ayudó en algo, te invito a compartirlo.

Gracias por leer.