La ineptitud no la tapa un toldo

La mejor campaña de relaciones públicas que he visto no la hizo un relacionista, sino un huracán.
Recuerdo oírlos a todos decir tras el paso de Irma por Puerto Rico: “Por lo menos el gobernador ha bregado bien”, “por lo menos Rosselló respondió bien a la emergencia”, “por lo menos Ricky se ha preocupado por el pueblo” … Por lo menos… por lo menos.
El susto que nos hizo pasar el huracán Irma —que ni siquiera nos azotó directamente— fue lo mejor que le pudo haber pasado a la imagen del gobernador Ricardo Rosselló. Claro, es fácil fingir que se está en control total de la situación cuando no hay una verdadera crisis. Irma fue solo un roce, una falsa alarma que el gobierno aprovechó para jugar al buen líder.
Pero con María la historia fue otra.
La devastadora tormenta de categoría 4 nos puso a prueba como país, pero sus ráfagas también desvelaron la fachada de mentiras que intentaba encubrir la ineptitud de nuestro gobierno. Salieron a la luz varios disparates ejecutivos, como el contrato de $300 millones para la restauración energética del país, dado a una compañía desconocida, con dos empleados y poca experiencia.
Quien fuera en aquel entonces el director de la Autoridad de Energía Eléctrica, Ricardo Ramos, se salió con la suya tras ser visto de jangueo en la Placita de Santurce la misma noche en que lo habían citado al Congreso para sospechas sobre sus contratos.
Mientras tanto mucha gente en Puerto Rico murió esperando a que el gobierno tomara acción.
Y hoy, mientras lees esto, siguen muriendo personas.
La cifra oficial indica que el número de muertes a causa de María es de 62, pero el pueblo sabe que hay decenas, quizás cientos, de difuntos aún sin contabilizar.
No se puede tapar el cielo con una mano, pero con esa misma mano sí se puede tapar los ojos e ignorar la realidad, cosa que aparentemente hace nuestro gobernador.
Luego de dos meses del paso del huracán María, más de la mitad del país sigue sin energía eléctrica. Mientras tanto, Rosselló juraba que restablecería el 95% de la energía para el 15 de diciembre, justo a tiempo para las fiestas de Navidad.
Pero no olvidemos leer las letras pequeñas. Esta promesa pre-navideña no asegura que el 95% de la Isla tendrá electricidad, sino que habrá 95% de generación de energía. Esto no asegura en lo absoluto que dicha energía generada llegará a los abonados, quienes por lo visto esta vez tendrán que hacer los pasteles en anafres de lata de export sodas y sustituir el lechón asa’o por Martin’s BBQ.
Sin embargo, la promesa inicial sí incluía al 95% de los abonados, pero en algún punto el gobernador se tuvo que haber dado cuenta de que su imagen sufriría aún más si lo seguían cogiendo en mentiras, así que cambió su discurso. Ya no anuncian el porcentaje de abonados con luz, si no el de energización.
¿Cuál es el miedo de revelar los números verdaderos?
¿Es muy baja la cifra de generación?
¿Es muy alta la de fallecidos?
¿Será que no quiere arriesgarse a ser percibido como inepto, y por eso esconde los números? Si esta es la razón, está un poco tarde para preocuparse…
O es que, como dirían en mi barrio, ¿no hay babilla?
Señor Gobernador, ya ha escondido y manipulado las cifras de muertos por causa de María; no le esconda más información al pueblo. No queremos falsas promesas; el pueblo quiere la verdad. No queremos más hashtags pseudo-optimistas y vacíos, ni canciones traducidas al inglés como los libros de Paulo Coelho.
¿No tenía usted un plan? Póngalo en acción y olvídese de tratar de esconder lo que todos ya saben, porque la realidad es que no existe un toldo que tape tan grande ineptitud.