Juguemos a imaginar una vez más.

Imagina que al fin eres quien siempre has querido ser. Llegaste al tope. Todos saben quien eres dentro de tu industria, y hasta fuera de ella te conocen dos o tres. Para mucha gente, tu nombre es sinónimo de impacto, pasión, calidad, o cualquier otro adjetivo con el cual aspires identificarte.

Miras a tu alrededor y, aunque difícil de creerlo en el momento, eres feliz. Tienes todo lo que necesitas y no te hace falta nada, ni material ni emocional. Te sientes realizado, y ahora que has cumplido con todas tus aspiraciones, puedes trazar nuevas metas; metas que ni imaginabas que fueran posibles de tan siquiera pensar.

Eres el modelo a seguir de muchos que a tu edad estaban en la misma posición que tú; un poco perdidos en la vida, sin mucha experiencia pero con pasión y ganas de echar pa’ lante, con un sueño que parece inalcanzable, pero con esperanza de llegar a él porque existe gente que lo ha logrado: existes tú.

De hecho, un día te encuentras con uno de estos admiradores en tu coffee shop favorito y casualmente se sientan a conversar.

Te pregunta: “¿Cómo puedo ser como tú?

¿Cómo puedo lograr todo lo que tú has logrado?

¿Cuál es el secreto?”

Sonríes y tomas un poco de tu café para darte tiempo de pensar en una buena respuesta; una que valga la pena, no como las que te daban a ti cuando estabas en su misma etapa. Sin embargo, piensas que en realidad no eres especial, ni has hecho nada fuera de lo común para llegar a donde estás…

Luego vas recordando todo el camino que te trajo aquí, desde lo más reciente hasta lo más lejano, y ves todas tus victorias y caídas a lo largo de tu vida. Sigues “retracing your steps” y vas viendo cómo fuiste evolucionando poco a poco a través de cada etapa de tu vida, y ni te habías dado cuenta. No habías tenido tiempo para sentarte a pensar en esto. Tú solo caminaste por el rumbo de la vida, paso por paso, y fuiste creciendo en el trayecto hasta ser quien eres hoy.

Vuelves a tu realidad en aquel Café y ahí está tu admirador esperando ansioso tu respuesta. Te das cuenta de que en verdad no hay secreto, solo un camino largo por recorrer. Te ves obligado a darle una respuesta que ni a ti te hubiese gustado escuchar a esa edad, te sientes como esos tipos que tratan de demostrarle al mundo que son súper sabios cuando ni siquiera han comenzado a vivir. ¿Pero qué se puede hacer? Es la realidad; quizás en un futuro la entienda y te lo agradezca por siempre, pero hay que sembrar la semilla ahora.

Luego de una pausa, canalizas tu Maestro Yoda interno y le contestas:

“El secreto es que no hay secreto. El secreto es dar el primer paso, luego el segundo, el tercero, el cuarto, y así consecutivamente hasta llegar donde quieres llegar. En el camino habrá tropiezos, murallas, desvíos, y hasta calles sin salida, pero la clave es seguir caminando. No importa mucho en qué dirección, no te apures; de hecho, la mayoría del tiempo no sabrás ni a dónde vas, pero la vida tiene cierta magia que hace que aquel que no cesa de caminar encuentre su destino tarde o temprano. Solo hay que comenzar con el primer paso.”

Wow, qué sabio eres en el futuro.

***

Estos 30 días de escritos para mí han sido ese primer paso. El miedo a publicar mis pensamientos me impidió por mucho tiempo hacer lo que quería hacer, y este challenge sirvió para enfrentar ese miedo y ver que en verdad no hay nada que temer.

Aprendí mucho; aprendí que no soy el único que piensa las cosas que pienso, siempre hay alguien que se identifica con tus palabras si son genuinas.

Aprendí el valor de ser consistente en lo que te propones; me siento más orgulloso por el hecho de haber cumplido todos los días, que por cualquier otra cosa.

Aprendí a no dudar tanto, (aunque siempre van a haber dudas), porque incluso cuando dudo de lo que escribo, el contenido siempre resuena aunque sea con una persona. No tengo que saberlo todo para ser escritor, solo tengo que mantener viva la curiosidad, el interés y las ganas de contar historias, el resto no está en mis manos.

Solo hay que dar un paso. (luego dos, luego tres…etc.)

¿Qué es lo próximo?

Mi segundo paso es aprovechar el impulso para seguir publicando frecuentemente en este blog. Quiero contar historias ficticias y reales, escribir sobre todo lo que de una forma u otra haya causado impacto en mi vida, con la esperanza de que impacte a otros de la misma manera. Quiero seguir sobreanalizando cosas bobas hasta que se vuelvan interesantes, y escribir sobre ellas.

Y luego, quizás… algún día, publicaré un libro. (luego dos, luego tres…etc.)

Este es mi playground y probablemente mi camino, y me place que estés siendo parte de él.

Quizás nada de esto es gran cosa, pero nada… solo resta una cosa que decir:

Gracias.

Gracias a los que tomaron de su tiempo para leer al menos uno o dos de estos 30 escritos, a los que comentaron, y en especial a los que han estado leyendo desde el principio.

Solo estamos comenzando.