Silencio

Para mí, el tiempo perfecto para escribir es tarde en la noche. Entre 10pm y 2am, para ser más específico.
Tiene cierta magia el hecho de poder crear mundos nuevos mientras otros duermen. La energía cambia por completo; casi se pueden sentir los sueños de la gente danzando en el aire. La brisa es más fría y carga consigo un toque de alegría y melancolía que, de alguna forma u otra, inspira.
Pero, sin duda, lo mejor de escribir tarde en la noche es la ausencia casi total del ruido diurno.
Sentarse a esta hora a escribir es como hacerle un tributo al silencio. Se te concede una pequeña ventana de paz a cambio de que la uses para acercarte un poco más a tu futuro ideal, y lo mejor que podemos hacer es aprovechar esta oferta y ser parte de la magia.
Es un sentimiento que no sé explicar, asomarme al balcón en mi apartamento y ver despejada la avenida en la que siempre hay tapón durante el día.
Mirar a otros edificios y ver solo una que otra luz encendida, donde quizás haya alguien más como yo, desvelado, disfrutando del silencio de la noche a su manera.
El tiempo en el que vivimos está saturado de alborotos, distracciones y todo tipo de ruidos. Frecuentemente vamos a un paso demasiado rápido; y aunque en muchos casos eso es bueno, a veces es mejor bajar un poco las revoluciones, dejar ir el ritmo cotidiano y abrazar la magia de un silencio rotundo.