Un cambio de perspectiva

Lo más que me llama la atención sobre el arte, definitivamente, es su subjetividad: el hecho de que su interpretación puede variar enormemente de persona en persona.
Para mí, una obra de arte en su más simple expresión es una pieza que evoca sentimientos, cuenta una historia, es estéticamente agradable o demuestra el alto nivel técnico que posee el artista.
Eso es el arte para mí: técnica, estética, emociones e historias.
Pero para ti, lo que consideras arte puede ser algo completamente distinto, y sea cual sea tu interpretación, estás en lo correcto. Tu punto de vista siempre es válido aunque el autor no hubiese tenido la intención de darle a su obra el significado que tú le diste. Cada interpretación añade a la discusión y a la belleza de una obra.
Esa es la magia del arte.
Hoy, pasé por una galería a apoyar una exhibición en la que un compañero de trabajo estaba participando, y las piezas que allí se presentaron una vez más retaron mi percepción del arte.
Estas piezas, a simple vista, quizás no tenían la estética o el sentimiento que yo consideraba vital en una obra de arte, pero sí me hicieron pensar. Me hicieron pensar en los cambios de perspectiva, y cómo estos pueden hacer que un mismo objeto parezca distinto visto desde otro punto de vista.
Usualmente, en las piezas que yo considero arte, el artista toma un tema cotidiano y lo convierte en algo grandioso. Pero en esta exhibición ocurría todo lo contrario.
Las piezas que se exhibieron, según mi interpretación, tomaban lo grande y lo llevaban a una versión puramente simple, pequeña y cotidiana. Una de las piezas, por ejemplo, mostraba la luz del sol vista a través de una grieta en la pared. La pieza podía estar representando la majestad del sol, pero tú lo que veías era un diminuto destello de luz a través de la pared agrietada
Pequeños cambios de perspectiva como este, lograron que cosas pequeñas que a simple vista no parecían ser mucho, resultaran significar algo grande cuando se observaban y analizaban más de cerca. Al menos para mí, fue un concepto distinto a lo que estoy acostumbrado, y me forzó a cambiar mi percepción.
No sé si estoy explicando bien las obras de las que escribo; probablemente mis palabras no son suficientes para que puedas visualizarlas. Pero el punto al que quiero llegar no necesariamente tiene que ver con estas piezas, sino con el poder que tiene un ajuste de perspectiva para cambiar las cosas.
En esas veces donde parecemos estar en una calle sin salida, quizás nos ayudaría un pequeño cambio de perspectiva.
A veces hay que mirar las cosas con nuevos ojos; cambiar nuestra manera de ver el mundo aunque sea solo por un momento para encontrar una solución o un nuevo significado a la vida.
Si la vemos desde un punto de vista distinto, esa calle sin salida puede pasar a convertirse en la antesala a un mundo de posibilidades.